Siempre hemos comenzado invitándoos a curiosear un poco (lo que uno
quiera) sobre la historia de Carriches para, entre otras cosas, descubrir la
importancia de conservar el Patrimonio Cultural de esta Villa. La importancia
que han tenido para nuestros antecesores y… ahora nosotros que somos los
encargados de recoger el testigo para, no sólo conservar (en lo que se pueda), también
para enriquecer ese Patrimonio.
El proyecto de Restauración de la Ermita quedó definido en tres fases:
1.
Conjunto fachada y porche
2.
Interior artístico
3.
Exterior y ajardinamiento
No os voy a relatar, otra vez aquí, todo el artículo que publicamos en
la anterior edición. Os remitiré a que leáis y repaséis nuestra revista
anterior en la que detallábamos, a especie de breve Memoria, lo que hasta el
momento se había terminado: Fases 1 y 2. Si bien en esta última quedaba un
complemento ornamental que es el que pretendemos mostraros a partir de la frase
plasmada en la anterior publicación:
A través de las
representaciones de los distintos paneles de cerámica, descubrimos una
catequesis de la cultura, tradición y costumbres de nuestro pueblo de
Carriches. Es la historia del pueblo llevada a su centro devocional junto a la
Madre: La Ermita de la Virgen de La
Encina. …
[…] Pero lo que sí está en marcha son unos cuadros a ambos lados de
las paredes, que está pintando nuestro querido y admirado Padre Reyes,
Trinitario de Carriches, quien ha participado en todo momento orientando y
opinando, en la restauración de la ermita, en las dos fases hasta ahora
realizadas.
Los motivos que formarán los cuadros, serán alusivos a los misterios
del Rosario para terminar de dar un complemento catequético a la Historia de
Carriches con su Virgen de la Encina.
Pues bien amigos; esos cuadros ya están aquí. Ya lucen y proyectan su
“catequesis” en la ermita de nuestra Virgen de la Encina desde el pasado día 6
de Mayo; Domingo día de la Madre que mediante la Eucaristía que últimamente
venimos celebrando en la ermita, presidida en esta ocasión por el P. Reyes,
fueron presentados y ofrecidos al pueblo por el mismo autor: Padre Reyes
Castaño Muñoz, Sacerdote Trinitario.
En la Homilía de la Misa, el P. Reyes nos regaló, a la Virgen y a
todos nosotros, sus recuerdos y añoranzas, de niño, del mes de las flores mediante
unos preciosos versos que reproducimos:
“Mayo florido y hermoso.
Mayo y las Flores, Mayo y María.
¿Quién no recuerda su infancia,
saltar por los prados floridos? …
Flores y pájaros, sol y alegría…
Carreras, canciones…
Las tardes de Mayo, ensueño de amores,
miradas radiantes que incitan al beso…
¡Oh, Mayo querido! El mes de los niños,
el mes de los jóvenes, el mes de María.
Llegaste a mi vida con suaves fragancias,
dejaste en ella tu paz y armonía”
Todo un poema de
añoranzas, de aquellos años en la escuela, donde llevábamos flores silvestres a
los siete años, en los que yo luchaba
entre la vida y la muerte, por mi fragilidad y falta de apetito. …
…Hermosa Homilía que tuvo su colofón en la explicación y justificación
de las pinturas que regalaba para un mayor enriquecimiento del patrimonio
artístico y espiritual de Carriches.
A continuación reproducimos su explicación y justificación personal:
LOS CUADROS DE LA ERMITA
DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCINA
1.- LA ANUNCIACIÓN DEL
ARCANGEL GABRIEL A LA VIRGEN
El paisaje del fondo: Al entrar en nuestra
ermita dejamos de ver el paisaje de nuestra derecha, y le vemos reflejado en el
interior de nuestra ermita. Vemos el
cerro blanco con sus entornos, y para adornar su sequedad, se han añadido unas
encinas en flor en primer plano, recordando el antiguo encinar. Este es,
pues, el cerro blanco con sus olivas y barbechos y una granja antigua cerquita
del pueblo. El cerro blanco está todo él arañado por un sinfín de huecos,
hechos por los escardillos, para sacar la tierra blanca (barro de diatomeas,
moluscos prehistóricos), que servía a nuestras madres y abuelas para quitar el
hollín de las sartenes y pucheros. Y por el color de esta tierra blanca se le
llama el cerro blanco. A la vez, era el sitio elegido por la gente menuda para
jugar, como si se tratara del parque de una de las grandes ciudades.
En el primer plano vemos
el arroyo que divide el pueblo y que pasaba por debajo del Puente Chico, llamado así porque no
podían pasar los carros, y el Puente Grande, por donde sí pasaban los carros y
demás vehículos, y la Pradera, dormitorio y descanso todos los miércoles para
los animales, que venían por el camino de Cebolla, llamado la Cañada. Ahora
este arroyo está soterrado y entubado. Sus aguas proceden de un manantial
exquisito, lejano de la Fuente Vieja. A estas aguas se asociaban las aguas
sobrantes de las huertas de arriba de la carretera. Era un agua muy suave y
agradable para beber las personas. A
esta fuente (ahora restaurada) acudían con sus cántaros, al atardecer, la
juventud a por agua. Era también el lugar de los encuentros de los mozos y
mozas y de los primeros amores. Me acuerdo que el caño estaba doblado hacia
abajo. Se metía la boca del cántaro en él, y si no nos dábamos cuenta, al sacar
el cántaro del caño de hierro brillante, le rompíamos por su embocadura, que
luego traían los gritos y el enfado de nuestras madres, acompañado de algún que
otro cachete. El agua bajaba hacia la pradera para unirse a las aguas sobrantes
de la fuente de las bestias, el Pilón, situado en medio de la pradera y cercana
a la caseta de la luz, con sus escalones, que servían de asiento para las
largas tertulias de los muchachos. Esta agua venía de otro manantial lejano, y
no era tan buena. El chorro salía de una oquedad oscura, lleno de sanguijuelas,
y se vertía en unos pilones de granito, altos, donde bebían los bueyes, las
mulas y los burros, al silbido de los gañanes. Me acuerdo que se asomaban las
sanguijuelas por el chorro, por lo que, si bebíamos, era con mucha precaución.
Luego el agua bajaba a otros dos pilares más bajitos, apropiados para beber las
ovejas, las cabras y los perros. De allí bajaba el agua sobrante de esta fuente
y la de más arriba formando el arroyo que discurría luego hacia los cañaverales
y de aquí a las huertas, que la aprovechaban los hortelanos para regar la vega
que se abría en este valle con minúsculas huertecitas, por los turnos
convenidos entre ellos, y de allí se metía en un cauce hondo que se perdía en
la alameda del camino de Domingo Pérez…El
cuadro representa el misterio de la Encarnación. El Arcángel Gabriel anuncia a
la Virgen María que, si está dispuesta a ser Madre. – La Virgen María responde
al Arcángel con: - Aquí está la esclava
del Señor. Hágase en mí su palabra.
Las dimensiones del cuadro son las mismas que tiene el cuadro de la
Anunciación pintado por Leonardo da Vinci: 2,72/1,45 mts. El Arcángel es copia
de Da Vinci, menos la cara que es la de un joven de Iznatoraf, y la Virgen, en
vez de poner la figura de esa matrona de alcurnia renacentista que nos pinta
Leonardo, es la de una joven de hoy, que ya me sirvió para pintar mi primera
Anunciación para un cuadro que se encuentra en la Iglesia de Iznatoraf, en
tamaño grande, 2/3 metros. Allí el lugar es la calle Convento del pueblo y tres
niñas asisten al evento. En nuestro
cuadro, en vez de pintar todo el fondo con un paisaje del siglo XVI, he pintado
el paisaje del cerro blanco y tres niños de primaria, junto al cañaveral de la
vega, asisten a este momento.
2.- LA VENIDA DEL
ESPIRITU SANTO A LA VIRGEN Y LOS APOSTOLES.
El fondo del cuadro y su
perspectiva.- Es el del fondo de la última cena de Jesús con sus discípulos, pintado
por Leonardo da Vinci, que, quitando la mesa alargada y abriendo los laterales como ventanas, aparecen tras de ellas, en la
parte derecha la Iglesia y el Ayuntamiento de Cariches, hasta el final con los
montes a lo lejos en la parte izquierda.
En el centro de la escena, en vez de Jesús partiendo el pan, está la
Virgen María, sentada, rezando y animando a los apóstoles con su presencia. En
esta actitud nace la primera Iglesia, bajando a todas las personas la venida
del Espíritu Santo el día de Pentecostés.
Carriches, asomado por los ventanales con su Iglesia y el
Ayuntamiento, en donde estamos inscritos, nos indica, que también el Espíritu
Santo baja a nuestra pequeña Villa de Carriches unida en la ermita de su
Patrona. El niño que está señalando la escena es el que anuncia la presencia del
Espíritu de Dios. En la parte izquierda otro niño, que, sereno y orando se
prepara a ser invadido por el Espíritu de Dios. Y para recordar que toda la creación es obra creada por el amor de
Dios, nuestro Buen Padre y por su Espíritu, aparece en la escena una de las
mascotas más queridas hoy día de las familias… UN PERRO. Porque todo es
creado por voluntad de Dios. Este animal alegra el cuadro y nos recuerda los
vínculos que tenemos con la creación entera.
3.- LA FAMILIA DIOS –
TRINIDAD
Adosada al cementerio, o campo santo, se halla la ermita de nuestra
Patrona, Nuestra Señora de la Encina. Allí duermen los cuerpos de nuestros
seres queridos. No los podemos olvidar.
San Juan Evangelista en sus cartas nos dice, que aquí en la tierra ya
somos hijos de Dios, ya somos miembros de esta familia. Así que, en el
bautismo, a través del agua y del espíritu, nacemos y somos hijos de Dios, que
es Padre, Hijo y Espíritu Santo, somos miembros de la familia eterna de Dios.
Ahora, nos dice el Evangelista Juan, somos hijos de Dios, y que aún no se ha
manifestado lo que seremos. Seremos como Ángeles, alegres de compartir la luz
de Dios y semejantes a Él, para toda la eternidad. Cuando se nos manifieste, le
veremos tal cual es… Por eso, en estas nubes y luces doradas aparecen estos
niños levitando en la luz de la Trinidad, con unas someras alas, para
revolotear alrededor de nuestra familia trinitaria para toda una eternidad… Son
niños alegres por estar participando ya de esa luz divina de todo el cuadro… La alegría les invade y, libres de toda
sombra, vuelan gozando de la libertad que les da ser hijos de nuestro Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo…
También nuestros difuntos
ya son hijos de la gran familia de Dios, porque han sido llevados al Cielo,
nuestra patria, por nuestra Madre la Virgen de la Encina. Eso es lo que
representa este cuadro.
LAS CATEQUÉSIS. (Estas
catequesis sobre el agua de Carriches y sus fuentes, se me ha ocurrido a mí,
pero, el sacerdote y catequistas pueden hacer otras, sobre el agua que
derramaron en nuestro bautismo en la hermosa pila bautismal de la parroquia.)
1.- Hemos nacido a la vida de la gracia, como hijos de Dios y hermanos
de Jesús en las aguas del bautismo. Somos de la familia de la Trinidad, nacidos
en el útero de la pila bautismal, a través de las aguas, en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nuestra familia para siempre. En
Carriches teníamos unas fuentes muy buenas para beber las personas, y otras,
menos buenas para nuestros animales y los animales que pasan por la Cañada los
miércoles. Bien podíamos cantar lo que nos dice la Biblia: “El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios”. Así, al
entrar en la ermita de nuestra Patrona, la Virgen de la Encina, recordaremos
nuestro nacimiento en la familia de Dios Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, nuestra familia para toda la eternidad…
2.- La fortaleza de seguir como discípulos de Jesucristo, manifestando
nuestra fe por el Sacramento de la confirmación.
3.- Nuestra verdadera patria, para toda la eternidad, en la casa de
nuestro Padre – Dios, que nos ganaremos, si de verdad hemos vivido haciendo el
bien, como nuestro hermano Jesús.
Durante la “Acción de Gracias” y después del canto de felicitación a la
Virgen, en su día más florido, cantado por el pueblo y amenizado por nuestro coro
parroquial, en nombre de la Parroquia se le dirigieron unas palabras de
agradecimiento al P. Reyes que también queremos reproducir:
¡¡GRACIAS. P. REYES!!
¡Buenos días a todos!
Querido Padre Reyes:
¡Bienvenido!, de nuevo y como siempre, a este su pueblo de Carriches. ¡Qué
alegría tan grande! Tenerle hoy con nosotros en este lugar tan carismático de
todos los hijos e hijas de Carriches: “La ermita de nuestra madre, la Virgen de
La Encina”. A través de Ella, damos gracias a Dios por regalarnos este momento
y el compartir esta Eucaristía.
Después de escuchar tan
hermosa homilía y descubrir, entre líneas, a ese niño frágil que luchaba por su
vida. Es un verdadero honor y placer para mí, poder AGRADECERLE en nombre de la parroquia, con su sacerdote al frente,
y de todos los hijos e hijas de Carriches, toda su dedicación, trabajo y
divulgación de esta pequeña villa.
Estos cuadros, que hoy
lucen en nuestra ermita, quieren trasladar nuestros quehaceres cotidianos
uniéndolos firmemente con la Madre de Dios y de todos los carrichanos/as: “La
Virgen de La Encina”. Mirando sus pinturas, se descubre una catequesis completa
de cómo el pueblo entero (Ayuntamiento, Iglesia, campo, fuentes, animales y gentes) están dentro de esta ermita y
protegidos bajo el “Manto” de la Virgen. Y si hacemos una mirada más profunda, podremos descubrir (en el pintor) a “ese
niño frágil, antes mencionado, y que se nos manifiesta tan “fuerte” como la
vocación que Dios fue modelando y curtiendo a lo largo de estos 84 años ya cumplidos:
a nuestro querido P. Reyes.
GRACIAS!, una vez más, P.
Reyes por este regalo tan bonito, grandioso y sobre todo catequético que hoy
nos haces. Gracias por tu presencia y cercanía en este día de la Madre. Y, como
no puede ser de otra manera, damos gracias a Dios, mediante su madre y nuestra
Virgen de la Encina, por habernos regalado este día y por haber permitido que
tu nombre esté unido siempre al nuestro a través de Carriches.
Carriches 6 de mayo de 2018
No nos cansaremos de dar las gracias a nuestros antecesores por esa riqueza
patrimonial que nos han aportado y enseñado a conservar. De igual modo damos
las gracias a todos y cada uno de los hijos e hijas de Carriches por su activa
participación en la consecución de los objetivos propuestos. Y, cómo no, a
nuestro querido Padre Reyes que durante estos últimos 84 años ha contribuido
con su trabajo y buen hacer al conocimiento de la Villa de Carriches y su
Patrimonio Artístico por todos los rincones de nuestra patria.
Nos felicitamos por ello y porque todos podemos ver como estos cuadros…
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