Hace
dos años celebrábamos una década desde que la imagen de la Virgen de la Encina
fuera proclamada Patrona y Señora de la Villa de Carriches. Hacíamos un pequeño
resumen del proceso que tuvo lugar entre el año 2001 y 2002, culminado con la
publicación del decreto en latín de la Santa Sede concediendo el citado título.
Pero
no dejábamos pasar la oportunidad para lanzar la propuesta al pueblo y el
Excmo. Ayuntamiento de Carriches de nombrar a nuestra Virgen como Alcaldesa
perpetua.
Dicho
y hecho. La maquinaria comenzaba a girar en torno a realizar la proposición
oficial, para lo cual mantuvimos varias reuniones con el Ayuntamiento.
El
primer paso se daba el 13 de julio de 2013 con la aprobación del Reglamento de
Honores y Distinciones del Excmo. Ayuntamiento de Carriches, una herramienta
necesaria para otorgar distinciones en nuestro pueblo, ya que el Consistorio no
contaba con este tipo de normativa.
Ha
tenido que pasar casi un año para retomar el proyecto, que tuvo su punto álgido
con la presentación en Pleno de una Proposición de Alcaldía para el
nombramiento, como Alcaldesa Perpetua de Carriches, a Ntra. Sra. de la Encina.
Tuvo lugar el 18 de abril y se estableció el periodo de información pública
durante todo el mes de mayo para que todas las personas interesadas,
asociaciones, organismos, hermandades y autoridades se pudieran unir con sus
testimonios a la petición de la corporación carrichana.
Decenas
de adhesiones llegaron hasta el Ayuntamiento para unirse a esta proposición, que
han culminado en un pleno extraordinario el pasado 14 de junio con la
aprobación definitiva y por unanimidad de la concesión a la querida imagen de
la Virgen de la Virgen de la Encina del título de Alcaldesa perpetua.
Y es que se cumplen los requisitos
establecidos en el reglamento para conferir este reconocimiento especial por la
devoción y fervor popular que se le profesa por los carrichanos.
Hay
que tener muy presentes las raíces cristianas de nuestro pueblo, y que desde el
origen del mismo, la devoción por la Virgen María ha sido un pilar fundamental
en la cotidianidad de sus gentes.
Conocemos
desde que tenemos uso de razón la tradición y el origen de la devoción a
Nuestra Señora de la Encina: siendo un monte de encinas el paraje donde radica
la ermita, sobre una encina se apareció la Virgen a un pastor que por allí
estaba con su rebaño.
Allí
se levantó una ermita, y siempre quedó constancia, de manera fehaciente, del
intenso fervor que despertó su imagen en todos los estratos de la sociedad
carrichana.
Indulgencias
y beneficios espirituales concedidos a los devotos de La Encina, romerías
anuales en su honor por los llamados “votos”, donativos particulares, todo ello
refrenda la vitalidad de la devoción del vecindario local y comarcal a la
imagen de Ntra. Sra. de la Encina, y contribuyen a intensificar el fenómeno con
una auténtica eclosión de religiosidad popular.
Y
como, históricamente, el alcalde ha sido el representante de la autoridad real
en el municipio castellano durante la Edad Moderna y, dada la clara y
continuada devoción de los carrichanos a la Virgen de la Encina desde el siglo
XIV hasta nuestros días, se justifica sobradamente la concesión del título
honorífico de ALCALDESA PERPETUA, una distinción que se convierte en expresión
de la ininterrumpida y arraigada devoción secular a esta imagen.